Rocas
Ígneas (Plutónicas, volcánicas, filonianas)
Las rocas ígneas son las más abundantes en la Tierra, aunque la mayoría quedan ocultas bajo la corteza terrestre. Se forman por solidificación del fundido silicatado llamado magma. Existen dos tipos principales de rocas ígneas: las VOLCANICAS, donde la roca llega a la superficie en estado fundido y las PLUTONICAS, formadas por la cristalización de una magma que no alcanzó la superficie terrestre.
Metamórficas
Las rocas metamórficas (del griego meta, cambio, y morphe, forma, “cambio de forma”) resultan de la transformación de rocas preexistentes que han sufrido ajustes estructurales y mineralógicos bajo ciertas condiciones físicas o químicas, o una combinación de ambas, como son la temperatura, la presión y/o la actividad química de los fluidos agentes del metamorfismo. Estos ajustes, impuestos comúnmente bajo la superficie, transforman la roca original sin que pierda su estado sólido generando una roca metamórfica. La roca generada depende de la composición y textura de la roca original, de los agentes del metamorfismo, así como del tiempo en que la roca original estuvo sometida a los efectos del llamado proceso metamórfico. Por la naturaleza de su origen puede haber una gradación completa entre las rocas metamórficas y las ígneas o sedimentarias de las que se formaron. El estudio de estas rocas provee información muy valiosa acerca de procesos geológicos que ocurrieron dentro de la Tierra y sobre su variación a través del tiempo.
Sedimentarias
Las rocas sedimentarias son muy abundantes en la superficie de la Tierra, pero realmente solo constituyen una capa muy delgada de la parte más externa de la corteza terrestre. Estas rocas pueden dividirse en : rocas químicas , formadas por la precipitación de compuestos en disolución y rocas detríticas , formadas por la acumulación de granos individuales , que anteriormente formaban parte de otra roca y que han sido transportadas hasta la cuenca de sedimentación.